Jorge Nava
Como hacer frente a la persecución.
1 Pedro 1.3-9
La persecución extrema por la fe no es algo a lo que la mayoría de nosotros hayamos estado sometidos aquí en los Estados Unidos. Tal vez hemos sido rechazados, ridiculizados o tratados con injusticia, pero en este momento de la historia, el sufrimiento físico, el encarcelamiento o la muerte no han sido una experiencia típica. Sin embargo, en otros lugares del mundo, los creyentes son oprimidos brutalmente por su fe.
Pero cualquiera que sea el trato que recibamos, la Biblia nos exhorta a reaccionar con paciencia y gozo en el Señor. Él dijo que cualquier persona que sea maltratada por su causa, es bienaventurada (Lc 6.22, 23), y Pedro señala que desde el punto de vista de Dios tal opresión prueba nuestra fe genuina (1 P 1.6, 7). Cada vez que la Iglesia es perseguida es purificada, porque los que se mantienen fieles son verdaderos seguidores de Cristo.
La persecución también puede tener un efecto purificador en nuestra vida personal; el hecho de que nos quedemos sin las comodidades, los placeres y los ídolos de este mundo, puede llevarnos al Señor en busca de gracia y fortaleza. Entonces el orgullo y el egocentrismo pierden su control y, en nuestra debilidad, reconocemos a Dios como nuestra única esperanza. Aunque la opresión no es nada que usted o yo desearíamos, podemos cobrar ánimo sabiendo que incluso en situaciones tan extremas hay bendiciones que llevan a regocijarnos en Cristo.